viernes, 13 de agosto de 2010

Becas de estudio para Pedagogía

No puedo negar que me entusiasma mucho la iniciativa planteada por el Ministerio de Educación. Creo que la medida debe constituir el inicio de una serie de otras que vayan complementando los apropiados incentivos para que estudiantes con mejores niveles de competencias puedan estudiar Educación.

No obstante a la luz de las declaraciones de algunas autoridades, me surgen algunas inquietudes que pienso son necesarias plantear para que estas sean apropiada y responsablemente debatidas.

Anualmente la distribución porcentual de estudiantes que rinden la PSU no varía mucho respecto de aquellos que obtienen puntajes superiores a 600 puntos. Esto puede significar que aquellas carreras universitarias acostumbradas a recibir estudiantes con estos niveles de competencias podrían ver disminuidos sus puntajes de corte y por lo tanto se verán obligadas a aceptar alumnos con un nivel menor de competencias.

A la luz de esta idea creo que va a resultar interesante, si se produce este fenómeno; la reacción de algunas Escuelas universitarias acostumbradas a recibir estudiantes con altos niveles de capacidades y cuando se vean enfrentadas a trabajar con jóvenes menos hábiles para sortear los niveles de dificultades de sus planes de estudio.

Por otro lado, también resulta amenazador al recordar la meta planteada en gobiernos anteriores para aumentar el número de estudiantes con acceso a la educación superior. Impedir el ingreso a carreras como Pedagogía a estudiantes con menos de 500 puntos en la PSU, puede significar que estaríamos renunciando a la inclusión y a la diversidad, provocando un nuevo tipo de discriminación socio cultural y por ende afectar la equidad y el derecho a la igualdad de oportunidades.

Hecho de menos por parte de las Universidades del Consejo de Rectores con aportes estatales y por lo tanto con una mayor responsabilidad social, una mayor preocupación por asumir la responsabilidad de procurar el mejoramiento de la calidad de los aprendizajes no solo de las Pedagogías, sino de todas las áreas del conocimiento. Da la sensación que no existe interés por aumentar la cobertura en Educación Superior sino que sólo interesa atender a los mejores y ojalá con mayores aportes del estado. Hoy día constituye una realidad cierta que en aquellas familias donde uno de sus integrantes logra por primera vez una formación profesional, puede efectivamente lograr mejorar los niveles de vida de su entorno familiar y con esto asegurar el rompimiento del círculo de la pobreza.

Finalmente, también me preocupa lo que ocurrirá con aquellas Universidades como la nuestra que han declarado en su misión precisamente lo contrario a lo que se está planteando en la actualidad. El ser inclusivas las obliga a hacerse cargo de las deficiencias cognitivas de sus estudiantes y que necesariamente son aquellos que obtienen muy bajos puntajes en la PSU. Pero en el actual contexto, quedarán marginadas de los incentivos estatales cuando justamente se están haciendo responsables de lo que el sistema escolar estatal no ha podido solucionar y que es ciertamente la calidad de los aprendizajes de los estudiantes que egresan de los cuartos medios.

Las declaraciones de las autoridades y abundantes personajes públicos que han opinado al respecto, niegan implícitamente la posibilidad a aquellos jóvenes de bajos puntajes la posibilidad de estudiar una profesión. Y eso me molesta, dado que podríamos una vez más como país estar transitando en la dirección equivocada.

Este nuevo tipo de discriminación puede llegar a generar la imposibilidad de que esforzados estudiantes y sus respectivas familias puedan ver truncados sus sueños de lograr la formación del primer profesional de sus núcleos.

Como parte integrante de la Universidad del Mar y dado el contexto de Acreditación Institucional, entiendo que podemos encontrarnos en una situación un tanto compleja como para salir a un debate público. Pero he querido compartir con la comunidad estas ideas como una parte importante del debate interno que siempre es importante mantener entre nosotros.

viernes, 6 de agosto de 2010

El día a día en las salas de clases más difíciles de Chile

Esta noticia que aparece el día de hoy en La Tercera nos deja prácticamente mudos.

Y no es que los que trabajamos en Educación estemos ajenos a esta realidad. Lo complejo es el hecho que después de 30 años de experiencia en aula, me queda la sensación que no se ha avanzado en nada.

Deberán disculpar por lo tanto mi falta de optimismo, probablemente hay una mezcla de sensaciones encontradas, pero lo transcribo como una forma más de dejar testimonio a una realidad que conozco y se viene repitiendo desde que empecé a ejercer la docencia.

¿Es que todos los esfuerzos realizados no han servido de nada?

http://diario.latercera.com/2010/08/01/01/contenido/pais/31-34125-9-el-dia-a-dia-en-las-salas-de-clases-mas-dificiles-de-chile.shtml

Alumnos de segundo medio que deletrean palabras; otros que van al colegio a dormir, porque no tienen dónde hacerlo; profesores que, después de ocho horas de clases, corren a completar su sueldo en un liceo vespertino. Esa es la realidad de un establecimiento vulnerable relatada en primera persona por quien estuvo al frente de una clase
por Katerinne Pavez.

MARTES de fines de mayo, sala del segundo medio C. "Un dí-a Di-os-est-aba re-par-tiendo, repartiendo, vi-da a los a-ni-ma-les". Uno de mis alumnos, L., intentaba leer un pequeño cuento acerca de cómo el gato logró tener siete vidas robándoselas a Dios.

El ejercicio era medir su velocidad lectora para tener un diagnóstico y luego aplicar estrategias. Tomando en cuenta que en octavo un alumno debiera leer 180 palabras por minuto, establecimos que lo esperable para segundo medio serían 200 palabras. Sin embargo, de 30 alumnos evaluados en cada curso, sólo dos o tres llegaban a esa cifra. La mayoría se ubicaba entre 150 y 180 palabras y en todas las salas había, sin excepción, alguien que leía menos de 100. En este caso, L. no llegaba a las 80. Otro dato desalentador: de los más de 150 estudiantes que pasaron por la lectura, sólo uno me pidió terminar el cuento para saber su desenlace.

En ese momento, me di cuenta que la brecha que separa a los estudiantes vulnerables con los de colegios privados es más profunda de lo que se cree. Una persona que no puede leer fluidamente es casi un analfabeto funcional. Fue una revelación: mientras yo hablaba en mis clases de factores de la comunicación, los alumnos todavía juntaban letras.

Había llegado a hacer clases a un liceo técnico del sur de Santiago convencida de que, con el aporte de miles de profesionales, como el mío, mejoraría, en parte, la educación.

Fueron los cuatro meses más intensos de mi vida. En ellos aprendí que en colegios de 200 puntos del Simce como éste, todo se confabula para que nada funcione: alumnos muy vulnerados, que sólo van al colegio a comer o porque es un lugar más seguro que la esquina; un sistema que sólo busca retener a los esquivos y desganados escolares a punta de aprobarlos, pese a que no aprendieron nada; profesores que, después de ocho horas gritando frente a un curso, cruzan la ciudad para hacer clases en un colegio vespertino y poder hacerse un sueldo de 800 mil pesos al mes.

Es la tremenda lejanía entre lo ideal y la realidad de las escuelas de escasos recursos y malos resultados.

En el liceo estudian cerca de 600 alumnos. Junto a otros de la comuna, dan educación a casi la totalidad de los jóvenes del sector. La cobertura universal que logró la enseñanza media es, de hecho, uno de los motivos de orgullo del país en educación.

Sin embargo, en el liceo, de los 45 matriculados por curso, en los buenos días no más de 35 llegan a clases. Cuando hace frío o llueve, lo hacen entre 10 y 15. En una ocasión, en un tercero medio, había seis alumnos. El resto estaba en una fiesta en la casa de uno de ellos. Y los que llegaron al colegio no fueron para no perder clases, sino porque les caía mal el organizador de la fiesta.

Al preguntarles por qué faltan, la mayoría confiesa que no le interesa estudiar. El colegio para ellos es el lugar de reunión con los amigos, donde comer o dormir seguros. N., uno de mis alumnos de segundo medio, se había ido de la casa y aprovechaba el poco calor de las salas para reponerse. Para otro, era el lugar donde recuperar el sueño perdido la noche anterior, supuestamente vendiendo droga. Otra alumna, de 15 años, era agredida en su hogar por su pareja, un adulto condenado por homicidio. Para ella, el colegio era su refugio. Para todos ellos, la meta era pasar un día más sin correr peligro. Las notas les daban lo mismo.

Con ese panorama, el verdadero desafío de los profesores es mantener a los alumnos en la sala de clases o que estuvieran callados y despiertos. De 90 minutos, se pierden 15 tratando de hacerlos entrar a la sala, otros 15 para que se sienten, callen y saquen sus cuadernos, y los últimos 15 intentando volver a sentarlos. Porque, al menor descuido, guardan sus cuadernos, se ponen la mochila y se paran en la puerta.

Uno de mis cursos más desordenados era el segundo C. Diez minutos antes del recreo, ponían un ringtone que imitaba el sonido del timbre. Más de una vez caí. Con ellos se hacía difícil tener paciencia.

Otro de mis cursos desordenados, pero cariñosos, era el segundo E. Para motivarlos, inventé que cada ejercicio tendría de premio una carita feliz, como las que se utilizan en kínder. Fue un éxito. En dos semanas, cada vez que había un ejercicio, hasta los más "choros" preguntaban: "¿Es con carita feliz?". Así, logré que, de los 90 minutos de clases, se aprovecharan, al menos, 50.

Inicios de abril. Los alumnos deben leer Nada menos que todo un hombre. A la prueba no van más de 30 alumnos. Todos obtienen un rojo. Nadie se dio el trabajo de leer el libro. La recomendación de la Unidad Técnica Pedagógica: no se puede poner la nota al libro. El segundo libro del año: Subterra. De los 29 alumnos que rindieron la prueba, 14 obtuvieron un rojo. Entendí por qué los colegas no hacían ya pruebas de libros, sino que sólo trabajos en clases. La nota entonces fue promediada con un ejercicio en clases.

La práctica de promediar las notas malas con trabajos en clases es habitual entre los docentes, como una forma de evitar la repitencia y que los alumnos deserten. Sólo así se explica, en parte, por qué varios llegan a segundo medio apenas leyendo.

Las consecuencias se extienden a los otros ramos: mi colega de matemáticas, quien también hacía clases bajo el programa que me reclutó, tuvo que repasar primero las sumas y restas antes de enseñar de nuevo las tablas de multiplicar. A alumnos que están a sólo dos años de terminar su educación formal.

La realidad de los docentes

Ya lo decía el informe Mc Kinsey, que analizó el secreto de los mejores sistemas educativos del mundo: los profesores son la clave. Pero cuando un profesor nuevo gana entre 300 mil y 400 mil pesos al mes, el incentivo es claramente insuficiente.

Por los bajos sueldos, la mitad de los docentes del liceo trabajan en otro lugar después de las ocho horas.

Mientras los estudios internacionales hablan de que es vital que los docentes dediquen, al menos, el 30% de la jornada a horas no de aula, para planificar las clases, varios de mis colegas no asomaban antes de la medianoche a sus casas, después de haber salido de ellas de madrugada.

Un colega llegó a trabajar 70 horas a la semana. Otro, después de la jornada de ocho horas, corría a la escuela nocturna, de donde salía a las 11 de la noche. Con ese nivel de trabajo, pocos tienen ganas de usar sus fines de semana para pensar estrategias que mejoren sus clases.

Muchas veces me vi tentada a no preparar clases, porque en la Unidad Técnica se entregaba una planificación semanal que nadie chequeaba si se aplicaba en la sala. No había personal para eso. La Unidad Técnica, en realidad, es una sola persona.


Cuando las expectativas sobre los alumnos pueden marcar la diferencia

"¿Qué te crees, que estás hablando con alguien de tu población?". Fue la respuesta de un inspector ante un alumno que le había contestado mal. Si un profesor demora 15 minutos en lograr que los alumnos entren a la sala y se callen, no evita que, mientras escribe en el pizarrón, le lluevan los papeles o los alumnos le griten groserías, en una actitud de desafío permanente.

La disciplina es un bien escaso y muchas veces la respuesta espontánea de los docentes es gritar.

Según un estudio nacional, la baja expectativa de un profesor de sus estudiantes puede hacerlos disminuir el Simce hasta 22 puntos.

Cuando los estudiantes se exponen a situaciones adversas constantes establecen ciertas creencias -por ejemplo, que son desordenados o malos para las matemáticas-, que son internalizadas como verdades absolutas. Luego, en su cerebro, se "fijan" esas emociones.

Pero en mis cuatro meses de docencia aprendí también que, a veces, basta con mejorar las esperanzas puestas en los alumnos para que todo empiece a cambiar.

Fui profesora jefa del segundo medio B, con el que las últimas clases fueron excepcionales. Logré que casi todos trabajaran a conciencia. Una vez, mientras explicaba un ejercicio, paré la clase para decir "¿Se dan cuenta de que están todos, menos uno, en silencio y trabajando?". Ese uno, al sentirse aludido, corrió, avergonzado, a su puesto.

Había logrado transmitirles que estaba segura de que podían hacer las cosas. ¿Cómo? Pegando carteles en la sala, hablando cada vez que podía de lo difícil que era superarse y contándoles que yo también estudié en un liceo municipal y mi meta era estudiar en la universidad y lo había logrado. Cuando me despedí de ellos, una de mis alumnas me escribió en una cartulina. "Estoy segura de que llegaremos a la meta, porque usted nos enseñó que todo es posible".

viernes, 23 de julio de 2010

"Este país debe buscar la manera chilena de mejorar la educación"

Nuevamente deseo comentar una noticia publicada en el diario La Tercera donde difunden una entrevista hecha a un experto finlandés.

http://www.latercera.com/contenido/679_277108_9.shtml

En este caso voy a reproducir integramente la entrevista pero intercalando algunos comentarios (en mayúsculas) respecto de lo que pienso en el contexto chileno.

Jukka Alava, experto en liderazgo educativo de Finlandia, explica qué aspectos del sistema más exitoso de Europa podrían ser considerados en Chile.

En 2003 y2006, Finlandia obtuvo el primer lugar en la prueba Pisa. Gran parte de su éxito se debe a sus profesores: sólo entre el 10% y 15% de los candidatos a Pedagogía son aceptados para ejercer de docentes, una meta que ahora ha asumido Chile. La razón: la profesión docente es altamente valorada. Jukka Alava, director del Instituto de Liderazgo Educacional de la U. de Jyväskylä y quien el martes estuvo en Icare, cuenta cómo lo hicieron.

-¿Cómo lograron que la docencia sea tan valorada?
-Antes de la Segunda Guerra Mundial, el país era pobre y agrario y tuvimos que pagar compensaciones a nuestros vecinos. Para eso, se necesitaban fábricas y trabajadores. Creamos escuelas técnicas. También nacieron muchos niños y necesitamos escuelas y profesores. Entonces, desarrollamos la educación general. Luego, el Presidente Kekkonen expandió la educación al sector rural y construyó nuevas universidades y politécnicos. A través de la educación, somos un país distinto.

SOBRE ESTA BASE ES QUE SE PUEDE AFIRMAR LO DIFÍCIL QUE RESULTA IMPORTAR EXPERIENCIAS EXTRANJERAS EXITOSAS. EL CONTEXTO EN QUE SE DIO EL PROCESO FINLANDES ES MUY DIFERENTE, CHILE No HA PASADO POR LA EXPERIENCIA TRAUMÁTICA Y DRAMÁTICA DE UNA GUERRA EN EL SIGLO XX, Y POR LO TANTO HAY QUE SER CUIDADOSO. NO OBSTANTE ME GUSTA MUCHO LA AFIRMACIÓN QUE SE REFIERE AL HECHO QUE A TRAVÉS DE LA EDUCACIÓN LOGRARON SER UN PAÍS DISTINTO.

-¿Qué debería hacer Chile si quiere seguir la vía de Finlandia, como lo planteó Lavín?
-Un sistema no puede ser importado. Lo tienen que hacer a la chilena: con la cultura e historia locales. Pero, desde la perspectiva finlandesa, hay elementos que pueden ser analizados: todos los profesores tienen master y sueldos razonables; y todo estudiante cuenta. No importa a qué escuela vaya, siempre tendrá éxito. Y confiamos en los docentes, creemos que pueden hacer su trabajo.

NUNCA HE ESCUCHADO AL COLEGIO DE PROFESORES SOLICITAR PROGRAMAS DE POSTGRADOS PARA LOS DOCENTES. ESTA SERÍA UNA VÍA RAZONABLE PARA PODER MEJORAR LAS EXPECTATIVAS ECONÓMICAS Y RECONOCIMIENTO SOCIAL QUE ANHELA EL MAGISTERIO. TAMPOCO OBSERVO EN NUESTRO SISTEMA ESCOLAR Y EN LAS PRACTICAS PEDAGÓGICAS EL CAMBIO PARADIGMATICO QUE SE NECESITA PARA QUE A TODOS NUESTROS ESTUDIANTES SEAN EXITOSOS. SEGUIMOS ANCLADOS A LA TRADICION QUE NOS HABLA DE ESTUDIANTES DE BUENA Y MALA CALIDAD (PALABRAS DE UN EX MINISTRO DE EDUCACION DON SERGIO BITAR).

SE DESCONOCE OLÍMPICAMENTE LOS AVANCES QUE HAN HABIDO EN EDUCACIÓN Y QUE CONSTITUYEN CAMBIOS PARADIGMÁTICOS DE GRAN TRASCENDENCIA, PUES HOY DÍA SE RECONOCE LA CAPACIDAD DE TODAS LAS PERSONAS PARA APRENDER, ABANDONANDO LA DICTADURA DEL COEFICIENTE INTELECTUAL QUE CONDENABA A TODOS A SER ESTÚPIDOS O BRILLANTES PARA TODA LA VIDA.

-¿No los evalúan?
-Los directores no están para controlar a los docentes, sino para ayudar a su desarrollo. Nuestro sistema es distinto al de EE.UU., donde en cada grado hay test nacionales. Creemos que ellos están equivocados, porque los estudiantes sólo aprenden para el test. Nuestros profesores evalúan individualmente a los alumnos. Pero nuestro sistema se basa en la confianza y eso se aprende.

ESTO ME PARECE NOVEDOSO, PERO EN NUESTRO PAIS LOS DIRECTORES TIENEN UNA ESCASA O NULA CAPACIDAD DE GESTION PORQUE LAS DECISIONES SE ENCUENTRAN CENTRALIZADAS EN LAS CORPORACIONES MUNICIPALES O EN LOS SOSTENEDORES. Y QUE YO SEPA EN NUESTRO SISTEMA ESCOLAR NO SE EVALÚA INDIVIDUALMENTE A LOS ESTUDIANTES A PESAR QUE DECLARAMOS TENER UNA ENSEÑANZA PERSONALIZADA. UN SISTEMA ESCOLAR BASADO EN LA CONFIANZA SERÍA UNA MUY DURA Y LARGA EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE PARA NUESTRA EDUCACION. EN ESTE ULTIMO PUNTO TENEMOS UNA MOCHILA SOCIOCULTURAL MUY FUERTE DE DIFÍCIL ERRADICACIÓN. SOLO PARA MUESTRA REVISEMOS EL ÚLTIMO PROGRAMA DEL "INFORME ESPECIAL" DE TVN Y PODREMOS DIMENSIONAR LO QUE SIGNIFICARÍA ESTO. NUESTRA SOCIEDAD CARECE DE VALORES CÍVICOS PROFUNDOS QUE PERMITA INSTRUMENTALIZAR SISTEMAS BASADOS EN LA CONFIANZA.

-En Chile, gran parte del debate está basado en los resultados de los test. Incluso, se aumentará su frecuencia. ¿Qué opina?
-Eso no me hace feliz. Es muy fácil para los administradores dejarse tentar por pruebas, pero no es la vía.

CREO ENTENDER LO QUE NOS ESTÁ DICIENDO. LAS PRUEBAS SÓLO SIRVEN PARA DIAGNOSTICAR LO MAL QUE ESTAMOS, PERO NO APORTAN SOLUCIONES PRAGMÁTICAS NI REALES PARA MEJORAR LOS INDICADORES DE LOS MALOS RESULTADOS EN EDUCACION. LLEVAMOS MAS DE UNA DÉCADA MIDIÉNDONOS SIN QUE EXISTA UNA REAL POLÍTICA DE ESTADO ORIENTADA AL MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN, SOLO INICIATIVAS INDIVIDUALES QUE NO SUMAN Y ADEMÁS CONFUNDEN. VUELVO A REFERIRME A UN ARTÍCULO DE JOSÉ JOAQUIN BRUNNER DONDE TRATA ESTE TEMA Y FRENTE AL CUAL ESTOY MUY DE ACUERDO.

-¿Y qué opina respecto de la posibilidad de despedir a los docentes por su evaluación?
-En Finlandia, no es la razón para despedir a alguien. Si un profesor maltrata a un niño, es despedido, pero si el profesor no lo hace bien, la atención se vuelca al director.

¡PERO QUE BUENA RESPUESTA! EN CHILE NO SE ES CONSCIENTE DE LA TRASCENDENCIA DE LA FIGURA DEL DIRECTOR. CUANDO UN PROFESOR NO LO ESTÁ HACIENDO BIEN, NECESARIAMENTE LA RESPONSABILIDAD DEBE RECAER EN LA FALTA DE LIDERAZGO PEDAGÓGICO QUE TIENE QUE TENER LA FIGURA DEL DIRECTOR. UN BUEN DIRECTOR DE UN ESTABLECIMIENTO ESCOLAR NO SOLO DEBE SER UN BUEN ADMINISTRADOR O BURÓCRATA, TAMBIÉN DEBE SER CAPAZ DE EJERCER UN LIDERAZGO REAL EN LO PEDAGÓGICO Y QUE SOLO SE DEMUESTRA EN LOS RESULTADOS DEL ESTABLECIMIENTO QUE DIRIGE.

NO OBSTANTE, EL DIRECTOR TAMBIÉN DEBERÁ TENER LAS FACULTADES NECESARIAS PARA PRESCINDIR DE AQUELLOS DOCENTES QUE NO ESTÉN DANDO RESULTADOS Y AQUÍ TOPAMOS CON EL ESTATUTO DOCENTE QUE EN LA PRÁCTICA SE CONSTITUYE EN UN OBSTÁCULO ESTRATÉGICO PARA LA BUENA GESTIÓN DE UN ESTABLECIMIENTO ESCOLAR.

EL DIRECTOR DEBE TENER TAMBIÉN ALGUNAS HABILIDADES INTERPERSONALES QUE LO LLEVE A EJERCER UN LIDERAZGO EFECTIVO ENTRE SUS PARES. EL MANEJO DE LAS ACTITUDES Y EMOCIONES FACILITARÁN SU TRABAJO Y LO VALIDARÁN ANTE EL RESTO DE LOS DOCENTES, MEJORANDO LA COMUNICACIÓN Y EL COMPROMISO DE LOS PROFESORES.

UN BUEN DIRECTOR DEBE SER UN FUNCIONARIO EJEMPLAR, QUE DEMUESTRE PERMANENTEMENTE SU COMPROMISO CON EL TRABAJO BIEN HECHO Y SEA CAPAZ POR LO TANTO DE TRANSMITIR LA MOTIVACIÓN NECESARIA AL RESTO DE SUS COLEGAS.

POR ESO CONSIDERO QUE ESTA ES UNA MUY BUENA RESPUESTA, DADO QUE EN EL FONDO LE ENTREGA LA RESPONSABILIDAD DE LOS PROCESOS PRECISAMENTE A QUIEN DEBE TENERLA.

-¿Qué rol les cabe a las universidades?
-Los docentes son creadores del futuro y las universidades sus constructores.

AQUEL QUE NO LOGRE ENTENDER LA TRASCENDENCIA DE ESTA RESPUESTA, LE RECOMIENDO QUE LEA A EDGARD MORIN. EN LOS "SIETE SABERES DE LA EDUCACIÓN DEL FUTURO" NOS MUESTRA CON UN LENGUAJE MUY CERCANO A TODOS, LO QUE SIGNIFICA SER "CREADORES DEL FUTURO". LOS DOCENTES NECESITAN PRIMERO QUE NADA CREER EN LO QUE ESTÁN HACIENDO, LA TRASCENDENCIA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL DE ESTA PROFESIÓN NO SIEMPRE ES BIEN ENTENDIDA.

SIN EMBARGO, HE ESCUCHADO CON MUCHA PREOCUPACIÓN A ALGUNOS OPINÓLOGOS POCO INFORMADOS SOLICITANDO A LAS UNIVERSIDADES DISMINUIR LA CANTIDAD DE ASIGNATURAS DE FORMACIÓN PEDAGÓGICA Y FORTALECER LAS DE LAS ESPECIALIDADES.

DESPUES DE LEER A MORIN, NADIE PODRÍA SEGUIR SOLICITANDO TAMAÑA ESTUPIDEZ.

-¿Qué tan importante es un director para la calidad del sistema?
-Su nuevo rol es cambiar de la administración al liderazgo. Debe desarrollar al profesor y al colegio, cimentar la cultura de la escuela y su visión a largo plazo. Son claves en su comunidad. Esa es una de las razones por las cuales hemos desarrollado programas de formación de directores, incluso, doctorados. No aspiran a ser académicos, sino quieren ser los agentes desarrolladores del país. Y lo hacen desde su escuela.

¿CUÁNTOS DIRECTORES EN NUESTRO PAÍS PODRÍAN EXHIBIR ESTE NIVEL DE PREPARACIÓN ACADÉMICA? PERSONALMENTE HE TENIDO MUCHA VERGÜENZA AJENA AL SER ATENDIDO POR DIRECTORES DE MUY BAJO NIVEL CULTURAL. EN IQUIQUE UNA VEZ UNA DIRECTORA ME ATENDIÓ EN ZAPATILLAS DE DESCANSO, Y CON MUCHO DESPARPAJO INDICÓ QUE DESPUÉS DE ATENDER LOS ASUNTOS MÁS URGENTES IRÍA A SU CASA A DUCHARSE.

Y PARA QUIEN NO ME CREE LO QUE ESTOY DICIENDO, SÓLO BASTA QUE INVESTIGUE QUIEN ESTABA A LA CABEZA DEL LICEO A-11 DE IQUIQUE HASTA HACE SÓLO UNOS DOS O TRES AÑOS ATRAS. HAY MUCHAS HISTORIAS SABROSAS QUE LOS VAN A ESCANDALIZAR.

-¿Y cómo ve a Chile?
-El cambio comienza con el presidente y los ministros. Y me pone contento ver que la educación en Chile está en el tope de la agenda, desde hace varios años. Después, hay que tener buenos programas en las universidades. En 10 a 15 años, Chile puede hacer mucho.

NO ME CABE LA MENOR DUDA QUE ESTE TEMA HA ESTADO PUESTO EN LA AGENDA DE LOS GOBIERNOS DE LA CONCERTACIÓN Y AHORA DE NUESTRO ACTUAL PRESIDENTE. LA PREGUNTA QUE COMO EXTRANJERO NO PUEDE HACER PARA NO PARECER IMPERTINENTE ES:

¿SERÁ CAPAZ EL ACTUAL GOBIERNO DE PLANTEAR UNA POLÍTICA DE ESTADO RESPECTO DE EDUCACIÓN SIN TEMOR A PAGAR LOS COSTOS POLÍTICOS?

...EL GOBIERNO Y EL COLEGIO DE PROFESORES TIENEN LA PALABRA...

viernes, 9 de julio de 2010

El 60% de futuros docentes no llega al nivel mínimo en prueba internacional de matemáticas

El título de este comentario no es mío. Es una noticia publicada en el diario La Tercera hace unos días para lo cual comparto con Uds. el link que los llevará directamente a esta fuente:

http://www.latercera.com/contenido/679_273391_9.shtml

No obstante, las siguientes reflexiones sí que son mías y por lo tanto las comparto para la consideración de todos aquellos que lo deseen.

En primer lugar, considero que la noticia nuevamente está construída de manera injusta y parcial. Queda la sensación para el lector común y corriente, de que el sólo hecho que las Universidades estatales logren un puntaje mayor que las privadas ya quedan instaladas en un segmento de calidad superior. (¿Qué aprenderán los periodistas en las Universidades que siempre muestran tanta incapacidad para ser imparciales?)

Y para ilustrar esta afirmación quisiera considerar algunas ideas como fundamento de esta reflexión:

- Nadie discute el hecho que nuestra educación se encuentra en crisis debido a los malos resultados obtenidos en las pruebas de medición de calidad de los aprendizajes de nuestros estudiantes.

- Nadie discute el hecho que los docentes actualmente en ejercicio tienen una responsabilidad profesional muy importante en estos malos resultados. Sólo el Colegio de Profesores sostiene en solitario una postura divergente y por lo mismo con muy poca influencia en las decisiones en este ámbito.

- Pero pocos se han detenido a pensar que la gran mayoría de los docentes actualmente en ejercicio provienen precisamente de las Universidades Estatales que llevan muchas décadas formando docentes, con muy pocos controles o ninguno respecto de la calidad de sus egresados.

- Las Universidades privadas solo existen después de la reforma del 80 a la Educación Superior, debieron pasar por un proceso muy exigente para lograr la autonomía y ahora la acreditación institucional y de sus carreras. Pero se les exige resultados a la par de las estatales con muchísimos más años de existencia. Esto me parece bien dado que si en 30 años algunas privadas han alcanzado niveles de excelencia comparables con las estatales, solo me queda imaginar y proyectarme en los próximos 30 años.

- Las Universidades estatales no aceptan estudiantes con bajos puntajes de PSU. Tampoco se hacen cargo de las deficiencias en capacidades y competencias básicas que presentan la gran mayoría de los estudiantes egresados de Cuarto Medio.

Los comentarios (apenas 10) de esta noticia son aún más patéticos y sólo develan la ignorancia del ciudadano común.

Acusan a las Universidades privadas de transformar la educación en un comercio. ¿Acaso no se toma en cuenta que tanto las privadas como las estatales cobran aranceles anuales para financiar todas las carreras de pregrado?

Y además de los aranceles que porcentualmente no tienen gran diferencia, las Universidades estatales reciben importante aportes del Estado. En la mayoría de los casos sólo por el mero hecho de serlo. Esto sí que es una gran ventaja y que no se refleja en los resultados obtenidos.

Ni en las privadas ni en las estatales, los estudiantes que ingresan a estudiar pedagogía pueden exhibir altos puntajes en los resultados de la PSU. Quizás la única diferencia que podría ser importante es que en las privadas el que entra a Educación lo hace libremente, y por lo tanto podríamos incluso encontrar un mayor porcentaje de decisiones por vocación y no porque no quedó en otra cosa.

Es en este contexto donde el título de la noticia que se refiera a que el 60% de los futuros docentes no llega al nivel mínimo de conocimientos en matemática, debe ser analizado y dimensionado para poder lograr diseñar mejoras sustantivas a este gran problema.

Pero además es importante adquirir conciencia en el hecho que en Educación nos encontramos en un gran proceso de cambios paradigmáticos que hacen variar radicalmente la mirada frente a los problemas que nos aquejan.

Bajo el prisma de un paradigma tradicional, la solución puede aparecer bastante simple y además lógica. Hay que promover el ingreso a Educación a los estudiantes de más altos puntajes en la PSU dado que esto nos asegura que los jóvenes traen consigo mejores competencias y habilidades básicas para la Educación Superior.

Y esta última idea es bastante sensata, porque así las Universidades pueden dedicarse a formar profesores desde una base superior a la actual y por lo tanto es posible asegurar también que sus futuros desempeños serán mejores.

Me proyecto al hecho que esto no constituirá gran problema para la Universidad Católica, la Universidad de Chile y otras pocas que anualmente concentran los mejores puntajes PSU. Pero estos altos puntajes son escasos, ¿Qué postura adoptarán las Escuelas de Medicina, Derecho e Ingeniería por decir algunas; que verán mermados sus ingresos en favor de las Escuelas de Educación? ¿Bajarán los puntajes de corte en el ingreso de otras carreras? ¿Se está en condiciones de afirmar responsablemente que con incentivos los mayores puntajes preferirán la docencia a la medicina? ¿Y el factor vocación?

¿Cuál va a ser la postura de la Universidad Metropolitanta y la de Playa Ancha que tendrán que disminuir sus ingresos a pregrado porque los puntajes mínimos para postular aumentarán?

Estas ideas me recuerdan algunas iniciativas de la década de los 60, donde todos los estudiantes de 8º año rendían la llamada Prueba Nacional. En pocas palabras, esta prueba definía las aptitudes de los niños dividiendo a la población escolar en dos grandes grupos. Aquellos que tenían aptitudes para la Educación Superior podrían seguir tranquilamente una Enseñanza Media Científico Humanista y el resto a la Enseñanza Técnico Profesional.

Desde la perpectiva de hoy, resulta increíble que alguien pudiese tomar en serio esta práctica y de hecho ya nadie se acuerda de ella.

Después de todo, creo que estoy plenamente de acuerdo con José Joaquín Brunner. Existen tantas iniciativas que declaran aportar al mejoramiento de la calidad en educación, pero practicamente ninguna de ellas forma parte de una verdadera política pública planificada y validada por todos los sectores para influir real y positivamente en el objetivo que se persigue.

martes, 29 de junio de 2010

Algunas ideas respecto de la Reforma a la Educación Superior (parte 1)

Cuando el Rector de la Universidad de Chile don Victor Pérez criticó al Presidente Piñera y su Gobierno por la Reforma planteada por el Jefe de la Educación Superior del MINEDUC, no hizo otra cosa que poner el dedo en la llaga de un problema bastante antiguo y que ningún gobierno desde 1990 tuvo el valor ni la voluntad política de tratar.

Con la reforma de los 80 a la Educación Superior impuesta por la Dictadura, se cometieron a mi juicio algunos errores aunque también hubo aciertos.

Uno de estos errores graves cuyas consecuencias estamos pagando hoy, fue el haber permitido que los Pedagógicos de la Universidad de Chile se transformaran en Universidades Autónomas.

Es cierto que estos Pedagógicos tenían serios problemas presupuestarios y de gestión excesivamente centralizada, pero 30 años después es difícil poder demostrar que estos cambios fueron totalmente positivos. Hasta el día de hoy tanto en Santiago como en Valparaíso, los estudiantes de Pedagogía de estas Universidades no han olvidado sus orígenes.

Pero las preguntas que surgen de esta reflexión son aún más lapidarias. ¿Qué tan trascendente ha sido para el mejoramiento de la formación inicial de profesores la existencia de una Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y una Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación? ¿Son estas Universidades referentes obligados al momento de generar proyectos de Pedagogía en las Universidades Privadas? ¿Los profesionales egresados de estas Universidades estatales gozan de un prestigio nacional que los hace ser preferidos al momento de concursar a un cargo de profesor en el sistema escolar?

Estudios de la propia Universidad de Playa Ancha revelan algunas verdades muy poco dignas. Uno de estos estudios midió las competencias de entrada de los estudiantes de primer año respecto de la comprensión lectora. Cinco años después los mismos estudiantes no evidenciaron mejora alguna en estas competencias.

¿Qué aprendieron entonces? El estudio no lo dice, pero las conclusiones que se pueden sacar son poco alentadoras y sólo revelan la profundidad de los cambios que se necesitan realizar en la Educación Superior en Chile.

Sin embargo, tampoco se puede olvidar que estos estudios sólo se refieren a los procesos de formación docente. ¿Qué ocurre en las otras profesiones? Poco se sabe.

Los medios de comunicación tampoco ayudan mucho para focalizar este debate en su justa dimensión. No es raro encontrar declaraciones culpando a las Universidades privadas de los malos resultados en Educación por la supuesta mala preparación en la formación inicial docente. ¿Nadie se ha preguntado de donde provienen la gran mayoría de los profesores que actualmente ejercen la docencia? La respuesta nos va a dejar a todos mudos. ¡LA GRAN MAYORIA DE LOS DOCENTES ACTUALMENTE EN EJERCICIO PROVIENEN PRECISAMENTE DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES!

Y con esto, lo único que deseo poner en su lugar es el hecho que tanto en las privadas como en las estatales habrá profesionales destacados, pero considerar que por el solo hecho de ser estatales ya se puede entregar una garantía de calidad es una pretensión en extremo arrogante.

No obstante, la reforma de los 80 también tiene a mi juicio algo muy positivo ya que desde hace unos 5 años a la fecha, podemos exhibir en Chile un acceso libre a la Educación Superior. Si, eso mismo. Por décadas, las Universidades Estatales fueron incapaces de cubrir la demanda por Educación Superior. En los tiempos de la PAA, un tercio de privilegiados en promedio podían acceder a una carrera Universitaria y los dos tercios restantes quedaban condenados a existir entre la mediocridad de trabajos administrativos no calificados y la frustración de no poder tener la oportunidad de acceder a mejores ingresos sólo por el hecho de no ser profesional universitario.

Las Universidades Estatales no lograron el acceso mayoritario a la Educación Superior, como tampoco lograron solucionar el problema de la equidad donde cualquier persona con los méritos académicos necesarios pudiese tener la oportunidad de estudiar una carrera de su gusto. Hasta el día de hoy se producen déficit importantes e insostenibles en cualquier empresa privada.

Aunque muchos digan lo contrario, me ha quedado siempre la sensación que no les interesó nunca. Sólo con la posibilidad de las Univesidades Privadas, hoy día se puede afirmar que ningún estudiante de cuarto medio quedará sin matrícula en alguna institución de Educación Superior. De hecho, la oferta de matrícula de todas las Universidades chilenas hoy día es superior a la demanda.

Las Universidades Estatales nunca se han sentido muy cómodas en la lógica de las leyes de mercado. Las obliga a salir a competir para poder llenar todas sus vacantes y eso no está ocurriendo sobre todo en aquellas que no tienen un Capital radicado en la tradición y en el nombre.

Hoy día en un contexto de Universidades Estatales y Universidades Privadas, estas últimas han ido ganando importantes espacios de prestigio y seriedad. ¿Estará listo el escenario para que todas sean tratadas en igualdad de condiciones?

viernes, 18 de junio de 2010

Algunas variables negativas en el mejoramiento de la calidad de la educación

En el año 2007 tuve la oportunidad de participar de una iniciativa de la Secretaría Regional Ministerial de Tarapacá, orientada a desarrollar los apoyos necesarios para mejorar la calidad de trabajo en el Colegio Juan Pablo II de Alto Hospicio.

Este Colegio había venido sufriendo un constante deterioro y baja en su matrícula por encontrarse atendiendo una población escolar de muy alto riesgo social y sobre todo por el hecho de haberse ganado un estigma bastante negativo por ser el establecimiento del cual fueron víctimas numerosas estudiantes del famoso Psicópata de Alto Hospicio que estremeció a todo el país cuando fue noticia.

En una de las múltiples conversaciones que tuvimos en ese tiempo con sus autoridades, recuerdo aún muy vivamente uno de sus relatos que pienso nos puede ilustrar mucho sobre las grandes dificultades que como país debemos enfrentar y solucionar para alcanzar esta meta tan anhelada como es mejorar la calidad de la formación escolar de nuestros estudiantes.

La Inspectora General de este Colegio, del cual lamentablemente no recuerdo su nombre, nos relató un espeluznante caso con el cual pretendo ilustrar lo que me preocupa.

En pleno invierno del 2007, la Inspectora en cuestión llegó al colegio de Alto Hospicio a las 07:30 hrs. como era su costumbre. Cabe hacer notar también que por esas curiosidades climáticas de nuestro norte, Alto Hospicio posee un clima muy diferente al de Iquique a pesar de su cercanía geográfica. No es extraño que Hospicio tenga temperaturas extremadamente frías durante la noche, muy similares a la de la Pampa donde fácilmente se puede llegar a temperaturas bajo cero grados.

A esa hora de la mañana encontró a dos hermanos esperando la apertura del Colegio. El mayor no tenía más de 12 años y el menor 7. Pese a su extrañeza, les abrió las puertas de su oficina dado que a esa hora aún no llegaba nadie más y notó por sus caras que estaban pasando mucho frío.

Al empezar a conversar con ellos fue consciente del gran problema por el que estaban pasando.

La tarde del día anterior al llegar a su domicilio, los pequeños se encontraron que sus dos padres habían sido detenidos por consumo y tráfico de drogas. Y sin poder entrar a su casa y no tener a quien acudir, debieron pasar toda la noche a la intemperie, sin comida y sin abrigo.

La reacción del Colegio fué rápida y expedita. Se les atendió y derivó a Carabineros para que pudiesen ser acogidos en un hogar. Desconozco si existieron algunas otras medidas de protección, pero me imagino que a esos padres no les debe haber sido fácil recuperar sus hijos por encontrarse en un evidente estado de abandono.

Sin embargo, este relato me mueve a reflexionar respecto de cuan difícil es la tarea del país para el mejoramiento de la calidad de la educación.

¿Que tipo de aprendizajes están teniendo aquellos hijos que no están siendo debidamente atendidos por sus familias?

¿Cómo podemos esperar mejorar la calidad de los aprendizajes de estos niños en riesgo social si sabemos que un número importante de ellos no tienen satisfechas sus necesidades básicas?

Entendiendo que aquellas necesidades básicas no solamente están en la alimentación y en el abrigo, sino también en los afectos y la seguridad que da una familia bien constituída.

Es estremecedor solo el pensar la fragilidad emocional en que caen este tipo de niños que están asistiendo habitualmente a clases y más aún cuando muchos de sus profesores desconocen la realidad que están viviendo. ¿Les podemos pedir calidad a los aprendizajes de estos estudiantes?

La pregunta es ¿por donde empezamos si no hay conexión real entre la familia y la escuela?

Sería un gran avance si de parte de las autoridades educacionales partiéramos por diagnosticar y definir las condiciones socioculturales, familiares y económicas mínimas que debe reunir un niño para poder mejorar sus expectativas en el rendimiento escolar.

Un indicador de este tipo ayudaría mucho en la focalización de las iniciativas que se toman en el Ministerio de Educación.

Las Escuelas de Educación de las diferentes Universidades del país realizarían un gran aporte si focalizaran sus investigaciones hacía estos temas.

jueves, 17 de junio de 2010

Respecto de algunas incapacidades de nuestros jóvenes estudiantes

Me contaba un apreciado amigo Psicólogo que hace unos años se realizó una experiencia muy interesante en Santiago junto a un equipo de profesionales, donde realizaron una investigación con estudiante de alto riesgo.

La experiencia me pareción significativa e ilustrativa para algunos problemas que considero que no han perdido vigencia hasta nuestros días.

El equipo de investigadores reunió a un grupo de jóvenes y los sometieron a una prueba donde les mostraban hermosos paisajes campestres al mismo tiempo que los hacían escuchar música clásica especialmente escogida por ser muy melodiosa y que habitualmente se suele aplicar para generar estados superiores de reflexión personal.

A cada uno de estos adolescentes se les pidió a continuación de esta prueba que expresaran las emociones y/o sensaciones que tuvieron durante el desarrollo de esta experiencia.

El resultado de esto me sorprende hasta el día de hoy. Prácticamente ninguno de ellos tuvo la capacidad de expresar verbalmente ni por escrito lo que sintieron al ver estas imágenes o escuchar una música melodiosa.

Esta incapacidad de poder expresar nada frente a estímulos positivos, me mueve a reflexionar y entender el porqué nuestra juventud hoy día suele ser tan violenta.

Una de las bases de la buena y civilizada convivencia social se fundamenta en el diálogo y las capacidades que toda persona debe tener para expresar sus ideas, sensaciones, emociones. Todo ello con el fin de que sus interlocutores puedan entender el momento que está viviendo cada persona. Ello, aunque de perogrullo; es la base de cualquier diálogo constructivo que necesariamente nos debe llevar al entendimiento y al acuerdo.

Las Democracias modernas sustentan su doctrina en el diálogo y en la participación.

¿Qué ocurre entonces cuando las personas no tienen desarrollada esta capacidad?

La respuesta a esto sólo puede ser una lamentable incomunicación. La incomunicación o la falta de capacidad de comunicar genera frustración, y la frustración puede fácilmente derivar en la violencia.

Si nuestros jóvenes no son capaces de expresar lo que sienten, tampoco podrán darse a entender y por lo tanto la violencia juvenil (y porqué no la adulta), puede que no sea otra cosa que la representación concreta de ese sentimiento tan humano como lo es la frustración de sentirse incomprendido ni partícipe de la sociedad en que se está viviendo.

Esta habilidad tan básica no se aprende en la Escuela, sino que viene del Hogar. Cuantas familias hoy día presentan esta incomunicación entre sus integrantes.

Sería bueno que pusiéramos atención en la convivencia familiar de nuestros estudiantes. Probablemente ahí podamos encontrar la respuesta a muchos de los problemas que habitualmente se nos presentan a los profesores en el interior de nuestras aulas.

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Puede un estudiante de menos de 450 ptos. en la PSU llegar a ser un buen profesional?

En los medios de comunicación que habitualmente publican noticias sobre educación, se suelen encontrar opiniones un tanto complejas de entender, sobre todo cuando nuestras propias autoridades educacionales (independientemente del gobierno de turno), siembran la idea en la opinión pública que todos aquellos estudiantes de Cuarto Medio que no hayan obtenido un buen puntaje en la PSU, no llegarán a ser buenos profesionales.

El Estado tradicionalmente ha premiado a aquellos estudiantes que tienen un muy buen NEM y además un puntaje sobresaliente en la PSU.

¿Porqué no se premia a todos aquellos esforzados estudiantes de bajo puntaje en la PSU, que al final de sus carreras, venciendo todos los obstáculos y malos pronósticos logran finalmente titularse como profesionales destacados?

Yo opino que las autoridades se encuentran un tanto contaminadas con prejuicios que son producto de muchas décadas donde estuvimos sometidos a la dictadura del coeficiente intelectual.

El coeficiente intelectual siempre nos condenó a ser brillantes, mediocres o derechamente perdedores. ¡Cuantas injusticias se cometieron por este mayúsculo error de la ciencia!

Quisiera creer que este cambio paradigmático le falta todavía instalarse más profundamente en el consciente colectivo de nuestra sociedad. Y por si alguno de los lectores no entiende de lo que estoy hablando, le tengo una buena noticia. Hoy día podemos respirar tranquilos ya que hemos adquirido la certeza que nuestra inteligencia es modificable. Pero no solo es modificable, hoy día sabemos de la existencia de diferentes tipos de inteligencia. Si hasta se han escrito muchos libros sobre este tema.

Pero nuestras autoridades que influyen ciertamente en la opinión, siguen con la idea que los puntajes bajos de la PSU no tienen oportunidad de ser "alguien en la vida" (esta expresión la estoy usando a pesar que a mis alumnos siempre se las critico, pero en este caso sirve para lo que quiero expresar).

La cuestión es que si la inteligencia ahora es modificable, sí es posible entender entonces el porqué existen destacados profesionales que a pesar de sus escuálidos puntajes de la PSU, hoy día exhiben méritos de sobra para figurar en los listados de honor de las universidades que los formaron.

Reflexiones al inicio de esta tarea

No tengo muy claro hacia donde voy a llegar con este sitio.

Tampoco espero mucho de quienes sigan mis ideas.

Pero de todas formas creo que para mi será un buen ejercicio intelectual poder ir dejando por escrito todas aquellas ideas que de alguna forma van surgiendo durante el ejercicio de mi vida profesional.

Profesor de Historia de profesión, actualmente ocupo un cargo directivo que me hace extrañar muchas veces el día a día del contacto con estudiantes.

Pero también soy consciente en el hecho que desde el aula existen limitaciones a una de las mayores preocupaciones de mi país, esto es; mejorar la calidad de la educación.

Puede sonar pretencioso, pero desde aquí pretendo ir dejando constancias escritas de las experiencias que he tenido y si estas sirvieran de algo para mejorar nuestra profesión, creo que estaré satisfecho.

Desde ya invito a los que se tropiecen con este sitio a que dejen sus opiniones. No importa que no estén de acuerdo conmigo. El solo hecho que alguien me diga que estoy equivocado me obligará a realizar un ejercicio de humildad que es algo que el hombre habitualmente no está acostumbrado a realizar.