martes, 29 de junio de 2010

Algunas ideas respecto de la Reforma a la Educación Superior (parte 1)

Cuando el Rector de la Universidad de Chile don Victor Pérez criticó al Presidente Piñera y su Gobierno por la Reforma planteada por el Jefe de la Educación Superior del MINEDUC, no hizo otra cosa que poner el dedo en la llaga de un problema bastante antiguo y que ningún gobierno desde 1990 tuvo el valor ni la voluntad política de tratar.

Con la reforma de los 80 a la Educación Superior impuesta por la Dictadura, se cometieron a mi juicio algunos errores aunque también hubo aciertos.

Uno de estos errores graves cuyas consecuencias estamos pagando hoy, fue el haber permitido que los Pedagógicos de la Universidad de Chile se transformaran en Universidades Autónomas.

Es cierto que estos Pedagógicos tenían serios problemas presupuestarios y de gestión excesivamente centralizada, pero 30 años después es difícil poder demostrar que estos cambios fueron totalmente positivos. Hasta el día de hoy tanto en Santiago como en Valparaíso, los estudiantes de Pedagogía de estas Universidades no han olvidado sus orígenes.

Pero las preguntas que surgen de esta reflexión son aún más lapidarias. ¿Qué tan trascendente ha sido para el mejoramiento de la formación inicial de profesores la existencia de una Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación y una Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación? ¿Son estas Universidades referentes obligados al momento de generar proyectos de Pedagogía en las Universidades Privadas? ¿Los profesionales egresados de estas Universidades estatales gozan de un prestigio nacional que los hace ser preferidos al momento de concursar a un cargo de profesor en el sistema escolar?

Estudios de la propia Universidad de Playa Ancha revelan algunas verdades muy poco dignas. Uno de estos estudios midió las competencias de entrada de los estudiantes de primer año respecto de la comprensión lectora. Cinco años después los mismos estudiantes no evidenciaron mejora alguna en estas competencias.

¿Qué aprendieron entonces? El estudio no lo dice, pero las conclusiones que se pueden sacar son poco alentadoras y sólo revelan la profundidad de los cambios que se necesitan realizar en la Educación Superior en Chile.

Sin embargo, tampoco se puede olvidar que estos estudios sólo se refieren a los procesos de formación docente. ¿Qué ocurre en las otras profesiones? Poco se sabe.

Los medios de comunicación tampoco ayudan mucho para focalizar este debate en su justa dimensión. No es raro encontrar declaraciones culpando a las Universidades privadas de los malos resultados en Educación por la supuesta mala preparación en la formación inicial docente. ¿Nadie se ha preguntado de donde provienen la gran mayoría de los profesores que actualmente ejercen la docencia? La respuesta nos va a dejar a todos mudos. ¡LA GRAN MAYORIA DE LOS DOCENTES ACTUALMENTE EN EJERCICIO PROVIENEN PRECISAMENTE DE LAS UNIVERSIDADES ESTATALES!

Y con esto, lo único que deseo poner en su lugar es el hecho que tanto en las privadas como en las estatales habrá profesionales destacados, pero considerar que por el solo hecho de ser estatales ya se puede entregar una garantía de calidad es una pretensión en extremo arrogante.

No obstante, la reforma de los 80 también tiene a mi juicio algo muy positivo ya que desde hace unos 5 años a la fecha, podemos exhibir en Chile un acceso libre a la Educación Superior. Si, eso mismo. Por décadas, las Universidades Estatales fueron incapaces de cubrir la demanda por Educación Superior. En los tiempos de la PAA, un tercio de privilegiados en promedio podían acceder a una carrera Universitaria y los dos tercios restantes quedaban condenados a existir entre la mediocridad de trabajos administrativos no calificados y la frustración de no poder tener la oportunidad de acceder a mejores ingresos sólo por el hecho de no ser profesional universitario.

Las Universidades Estatales no lograron el acceso mayoritario a la Educación Superior, como tampoco lograron solucionar el problema de la equidad donde cualquier persona con los méritos académicos necesarios pudiese tener la oportunidad de estudiar una carrera de su gusto. Hasta el día de hoy se producen déficit importantes e insostenibles en cualquier empresa privada.

Aunque muchos digan lo contrario, me ha quedado siempre la sensación que no les interesó nunca. Sólo con la posibilidad de las Univesidades Privadas, hoy día se puede afirmar que ningún estudiante de cuarto medio quedará sin matrícula en alguna institución de Educación Superior. De hecho, la oferta de matrícula de todas las Universidades chilenas hoy día es superior a la demanda.

Las Universidades Estatales nunca se han sentido muy cómodas en la lógica de las leyes de mercado. Las obliga a salir a competir para poder llenar todas sus vacantes y eso no está ocurriendo sobre todo en aquellas que no tienen un Capital radicado en la tradición y en el nombre.

Hoy día en un contexto de Universidades Estatales y Universidades Privadas, estas últimas han ido ganando importantes espacios de prestigio y seriedad. ¿Estará listo el escenario para que todas sean tratadas en igualdad de condiciones?

viernes, 18 de junio de 2010

Algunas variables negativas en el mejoramiento de la calidad de la educación

En el año 2007 tuve la oportunidad de participar de una iniciativa de la Secretaría Regional Ministerial de Tarapacá, orientada a desarrollar los apoyos necesarios para mejorar la calidad de trabajo en el Colegio Juan Pablo II de Alto Hospicio.

Este Colegio había venido sufriendo un constante deterioro y baja en su matrícula por encontrarse atendiendo una población escolar de muy alto riesgo social y sobre todo por el hecho de haberse ganado un estigma bastante negativo por ser el establecimiento del cual fueron víctimas numerosas estudiantes del famoso Psicópata de Alto Hospicio que estremeció a todo el país cuando fue noticia.

En una de las múltiples conversaciones que tuvimos en ese tiempo con sus autoridades, recuerdo aún muy vivamente uno de sus relatos que pienso nos puede ilustrar mucho sobre las grandes dificultades que como país debemos enfrentar y solucionar para alcanzar esta meta tan anhelada como es mejorar la calidad de la formación escolar de nuestros estudiantes.

La Inspectora General de este Colegio, del cual lamentablemente no recuerdo su nombre, nos relató un espeluznante caso con el cual pretendo ilustrar lo que me preocupa.

En pleno invierno del 2007, la Inspectora en cuestión llegó al colegio de Alto Hospicio a las 07:30 hrs. como era su costumbre. Cabe hacer notar también que por esas curiosidades climáticas de nuestro norte, Alto Hospicio posee un clima muy diferente al de Iquique a pesar de su cercanía geográfica. No es extraño que Hospicio tenga temperaturas extremadamente frías durante la noche, muy similares a la de la Pampa donde fácilmente se puede llegar a temperaturas bajo cero grados.

A esa hora de la mañana encontró a dos hermanos esperando la apertura del Colegio. El mayor no tenía más de 12 años y el menor 7. Pese a su extrañeza, les abrió las puertas de su oficina dado que a esa hora aún no llegaba nadie más y notó por sus caras que estaban pasando mucho frío.

Al empezar a conversar con ellos fue consciente del gran problema por el que estaban pasando.

La tarde del día anterior al llegar a su domicilio, los pequeños se encontraron que sus dos padres habían sido detenidos por consumo y tráfico de drogas. Y sin poder entrar a su casa y no tener a quien acudir, debieron pasar toda la noche a la intemperie, sin comida y sin abrigo.

La reacción del Colegio fué rápida y expedita. Se les atendió y derivó a Carabineros para que pudiesen ser acogidos en un hogar. Desconozco si existieron algunas otras medidas de protección, pero me imagino que a esos padres no les debe haber sido fácil recuperar sus hijos por encontrarse en un evidente estado de abandono.

Sin embargo, este relato me mueve a reflexionar respecto de cuan difícil es la tarea del país para el mejoramiento de la calidad de la educación.

¿Que tipo de aprendizajes están teniendo aquellos hijos que no están siendo debidamente atendidos por sus familias?

¿Cómo podemos esperar mejorar la calidad de los aprendizajes de estos niños en riesgo social si sabemos que un número importante de ellos no tienen satisfechas sus necesidades básicas?

Entendiendo que aquellas necesidades básicas no solamente están en la alimentación y en el abrigo, sino también en los afectos y la seguridad que da una familia bien constituída.

Es estremecedor solo el pensar la fragilidad emocional en que caen este tipo de niños que están asistiendo habitualmente a clases y más aún cuando muchos de sus profesores desconocen la realidad que están viviendo. ¿Les podemos pedir calidad a los aprendizajes de estos estudiantes?

La pregunta es ¿por donde empezamos si no hay conexión real entre la familia y la escuela?

Sería un gran avance si de parte de las autoridades educacionales partiéramos por diagnosticar y definir las condiciones socioculturales, familiares y económicas mínimas que debe reunir un niño para poder mejorar sus expectativas en el rendimiento escolar.

Un indicador de este tipo ayudaría mucho en la focalización de las iniciativas que se toman en el Ministerio de Educación.

Las Escuelas de Educación de las diferentes Universidades del país realizarían un gran aporte si focalizaran sus investigaciones hacía estos temas.

jueves, 17 de junio de 2010

Respecto de algunas incapacidades de nuestros jóvenes estudiantes

Me contaba un apreciado amigo Psicólogo que hace unos años se realizó una experiencia muy interesante en Santiago junto a un equipo de profesionales, donde realizaron una investigación con estudiante de alto riesgo.

La experiencia me pareción significativa e ilustrativa para algunos problemas que considero que no han perdido vigencia hasta nuestros días.

El equipo de investigadores reunió a un grupo de jóvenes y los sometieron a una prueba donde les mostraban hermosos paisajes campestres al mismo tiempo que los hacían escuchar música clásica especialmente escogida por ser muy melodiosa y que habitualmente se suele aplicar para generar estados superiores de reflexión personal.

A cada uno de estos adolescentes se les pidió a continuación de esta prueba que expresaran las emociones y/o sensaciones que tuvieron durante el desarrollo de esta experiencia.

El resultado de esto me sorprende hasta el día de hoy. Prácticamente ninguno de ellos tuvo la capacidad de expresar verbalmente ni por escrito lo que sintieron al ver estas imágenes o escuchar una música melodiosa.

Esta incapacidad de poder expresar nada frente a estímulos positivos, me mueve a reflexionar y entender el porqué nuestra juventud hoy día suele ser tan violenta.

Una de las bases de la buena y civilizada convivencia social se fundamenta en el diálogo y las capacidades que toda persona debe tener para expresar sus ideas, sensaciones, emociones. Todo ello con el fin de que sus interlocutores puedan entender el momento que está viviendo cada persona. Ello, aunque de perogrullo; es la base de cualquier diálogo constructivo que necesariamente nos debe llevar al entendimiento y al acuerdo.

Las Democracias modernas sustentan su doctrina en el diálogo y en la participación.

¿Qué ocurre entonces cuando las personas no tienen desarrollada esta capacidad?

La respuesta a esto sólo puede ser una lamentable incomunicación. La incomunicación o la falta de capacidad de comunicar genera frustración, y la frustración puede fácilmente derivar en la violencia.

Si nuestros jóvenes no son capaces de expresar lo que sienten, tampoco podrán darse a entender y por lo tanto la violencia juvenil (y porqué no la adulta), puede que no sea otra cosa que la representación concreta de ese sentimiento tan humano como lo es la frustración de sentirse incomprendido ni partícipe de la sociedad en que se está viviendo.

Esta habilidad tan básica no se aprende en la Escuela, sino que viene del Hogar. Cuantas familias hoy día presentan esta incomunicación entre sus integrantes.

Sería bueno que pusiéramos atención en la convivencia familiar de nuestros estudiantes. Probablemente ahí podamos encontrar la respuesta a muchos de los problemas que habitualmente se nos presentan a los profesores en el interior de nuestras aulas.

miércoles, 16 de junio de 2010

¿Puede un estudiante de menos de 450 ptos. en la PSU llegar a ser un buen profesional?

En los medios de comunicación que habitualmente publican noticias sobre educación, se suelen encontrar opiniones un tanto complejas de entender, sobre todo cuando nuestras propias autoridades educacionales (independientemente del gobierno de turno), siembran la idea en la opinión pública que todos aquellos estudiantes de Cuarto Medio que no hayan obtenido un buen puntaje en la PSU, no llegarán a ser buenos profesionales.

El Estado tradicionalmente ha premiado a aquellos estudiantes que tienen un muy buen NEM y además un puntaje sobresaliente en la PSU.

¿Porqué no se premia a todos aquellos esforzados estudiantes de bajo puntaje en la PSU, que al final de sus carreras, venciendo todos los obstáculos y malos pronósticos logran finalmente titularse como profesionales destacados?

Yo opino que las autoridades se encuentran un tanto contaminadas con prejuicios que son producto de muchas décadas donde estuvimos sometidos a la dictadura del coeficiente intelectual.

El coeficiente intelectual siempre nos condenó a ser brillantes, mediocres o derechamente perdedores. ¡Cuantas injusticias se cometieron por este mayúsculo error de la ciencia!

Quisiera creer que este cambio paradigmático le falta todavía instalarse más profundamente en el consciente colectivo de nuestra sociedad. Y por si alguno de los lectores no entiende de lo que estoy hablando, le tengo una buena noticia. Hoy día podemos respirar tranquilos ya que hemos adquirido la certeza que nuestra inteligencia es modificable. Pero no solo es modificable, hoy día sabemos de la existencia de diferentes tipos de inteligencia. Si hasta se han escrito muchos libros sobre este tema.

Pero nuestras autoridades que influyen ciertamente en la opinión, siguen con la idea que los puntajes bajos de la PSU no tienen oportunidad de ser "alguien en la vida" (esta expresión la estoy usando a pesar que a mis alumnos siempre se las critico, pero en este caso sirve para lo que quiero expresar).

La cuestión es que si la inteligencia ahora es modificable, sí es posible entender entonces el porqué existen destacados profesionales que a pesar de sus escuálidos puntajes de la PSU, hoy día exhiben méritos de sobra para figurar en los listados de honor de las universidades que los formaron.

Reflexiones al inicio de esta tarea

No tengo muy claro hacia donde voy a llegar con este sitio.

Tampoco espero mucho de quienes sigan mis ideas.

Pero de todas formas creo que para mi será un buen ejercicio intelectual poder ir dejando por escrito todas aquellas ideas que de alguna forma van surgiendo durante el ejercicio de mi vida profesional.

Profesor de Historia de profesión, actualmente ocupo un cargo directivo que me hace extrañar muchas veces el día a día del contacto con estudiantes.

Pero también soy consciente en el hecho que desde el aula existen limitaciones a una de las mayores preocupaciones de mi país, esto es; mejorar la calidad de la educación.

Puede sonar pretencioso, pero desde aquí pretendo ir dejando constancias escritas de las experiencias que he tenido y si estas sirvieran de algo para mejorar nuestra profesión, creo que estaré satisfecho.

Desde ya invito a los que se tropiecen con este sitio a que dejen sus opiniones. No importa que no estén de acuerdo conmigo. El solo hecho que alguien me diga que estoy equivocado me obligará a realizar un ejercicio de humildad que es algo que el hombre habitualmente no está acostumbrado a realizar.